viernes, mayo 05, 2006

La vida me ha enseñado que en no se deben esperar las cosas pues, si el presente es un instante apenas existente, el futuro es un deseo desconfiable que quizá nunca llegue. Hoy me castiga el miedo que me pueda faltar vida para mirar tu cara una vez más, escuchar de tus labios el sí que me hará feliz y me permitirá darte todo el tiempo que necesites; para, sin máscaras en nuestras caras, poder verterme entero en tí y contagiarte de la felicidad que me provoca tu mirada... he comprendido que muero por hacerte feliz.
Espero con ansias (el tiempo que sea necesario) el sí que libere tu alma y cuerpo de la cárcel de mi imaginación, para así descubrir todas las palabras, los detalles y las caricias que te den la felicidad; sin promesas de mañana... siempre hoy.
...y cambiar mis lágrimas de frustración por lágrimas de felicidad al creer que no podría sentirme mejor; y seguir sintiendo una extaciante sinfonía de placer increcendo en mi pecho, y compartir esa música contigo; con un susurro que te queme el pecho y purifique tus ansias... y las libere.
Hoy tengo miedo que mañana el tiempo me falte para hacerte feliz.