miércoles, marzo 29, 2006

"Y no me la quise clavar, y no me la quiero clavar"

El cigarro no cataliza mi escritura SÓLO porque se acaba. Así que ¡apuraos dedos! que se acaban los cigarros y los efectos.

Toño tiene dos amantes. La familia de la concubina que vive en Estados Unidos es vecina de su otra concubina. Karime, que vive en Arizona, le reclama infidelidad y le pregunta si vive con otra; sabe bien que vive con su esposa. Antonio no le es adúltero a sus amantes con su mujer, sino a su mujer con sus amantes. Su mujer le a aguantado tantas "chingaderas" que "de veras" es de esas pocas féminas que no se pueden dejar nunca, que deben conservarse por siempre; ¡y qué chingaderas le ha hecho!."Todo menos pegarle, eso nunca, pues yo conozco a varios que no dan gasto y que su vieja les cuida a los niños y les da de comer y luego se las madrean ¡Qué, no me vas a dar de comer!... ¿Cómo si no tiene pa los gastos?; hasta les sacan el dinero que ellas consiguieron pal mandado. Eso no hijo, les digo, todavía que te cuida a tus chamacos y tu andas de pedo. Yo por eso sé valorar lo que tengo y no voy a dejar a mi esposa aunque las otras estén más buenas". Eso es ser amado, algo que no puede despreciar, algo que le proporciona estabilidad, seguridad. La necesidad de Don Antonio por ser escuchado sólo es superada por mi necesidad de escuchar. Vaya que ha vivido... tantas cosas, tan divertidas como el imaginarse los problemas de celos estúpidos que hay entre las vecinas concubinas. Me gusta escuchar al Sr. Delgado, pronto será un viejo muy divertido, pronto, en diez años.

"Ya me saqué las estrellas y la luna del culo y las acomodé en su lugar... y ahí están bien, ahí se quedan" .

--Y sufro porque estoy jodido-- canta Toño.

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