miércoles, abril 05, 2006

DOS IMÁGENES

Los montes escandinavos resguardan tras los fiordos al pequeño pueblo de Sand, al sur de Noruega, apaciguando las aguas del mar del norte. Parece ser que, para los humanos, las leyendas de las montañas han muerto; ya no hay trolls habitando sus bosques, ya no tienen vida. Parecen más importantes los egos sexuales que el salmón que está probando la carnada del anzuelo al final del muelle para aquellos dos adolescentes. Las nieves perpetuas miran (a medio día de un caluroso verano) con desdén la absurda dimensión de la pasión humana ante el diminuto valor de su vida, ante su constante guerra (que ya la tienen perdida), y deciden voltear hacia los fiordos.

Ésta imagen, aunada a la que viví hace unos días mientras caminaba sobre eje 6, me han echo infravalorar el sentido de la vida; soy diminuto; no necesito ser inmortal para poder asegurar que no soy nada. Pero, valorando lo diminuto, ¿quién tiene más valor para mí; un filósofo o un novelista?. Ambos son muy parecidos, pues la diferencia muchas veces está en la soledad del filósofo, ya que el novelista le ofrece sus silogismos al arte a través de una ficción y el filósofo ve al ser humano desde lejos y prefiere ver qué hay más allá de él, se da la vuelta y mira que hay detrás de los montes escandinavos. ¿Es una pérdida de tiempo ser un humano, dedicar mi vida a ellos?.
Un amigo escribió algo sobre la magia, diciendo que aquella se encontraba a través de la repetición; yo le respondí de ésta manera:
"Probablemente la magia ocurra cuando el músico deja de "tocar" sus escalas para "interpretar" a través de ellas. Cada repetición parece ser la misma, sin embargo varía su interpretación; ahí está la magia.
Un amigo una vez me dijo que una película no es la misma cuando la vuelves a ver, pues la interpretación es diferente; por tanto creo que para poder mostrar los cambios que sufre la psique de un personaje inevitablemente deben cambiar sus interpretaciones de una misma idea, de una misma imagen. La magia está en darle un orden progresivo al caos, en darle un ritmo. Por tanto... ¿La magia está entre dos unidades del tiempo; en su noción, en la transformación, en la muerte?. La rebeldía ante el tiempo vuelve a generar el caos, porque el fin pone orden... ¿Se generará un nuevo principio?, ¿Fernando?...
¿Cuál es el orden?: la pluma lo escribe (el ritmo es el orden): la percepción del tiempo, la transformación, la muerte. ¿Cíclico o Vectorial?"
La magia está en representar, como los católicos representan el cuerpo y la sangre de Cristo a través de una pinche oblea y vino barato; por tanto la magia es una ilusión, una ficción, una sombra... como la vida misma según Calderón de la Barca. La magia es arte y, como la magia no es nada, bien decía Oscar Wilde en el Retrato de Dorian Grey que "el arte no sirve para nada"; entonces, ¡¿qué carajos estoy haciendo?!: escapar de la muerte día con día, encontrando motivos de vida.
No sirvo para nada... pero lo hago bien; sorprendo (¡Qué ironía!).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

menuda mierdaaaa!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

capullocapullo caùllocapulla