domingo, abril 09, 2006

Otra vez estaba con Toño, decidiendo como siempre; comenzando a decidir mi futuro mientras aullaba a la luna llena.
--Pero hoy la luna está en cuarto menguante, ¿no?—pregunta Antonio.
--Eso sí no sé—irónico contesto.
--Oyes, pero si eso es de primero de primaria—sorprendido de mi ignorancia en el asunto, contesta Toño.
--Yo comencé a poner atención en la Prepa, casi en la Universidad; ¡a duras penas sé quién descubrió América!.—aún más irónico, comento.
--Pues Hernán Cortés—bromea.
--Y Zeus la sorprendió—contesto, riendo para mis adentros – aunque el “descubrimiento de América” es un concepto imperialista si lo analizas bien, pues el continente americano ya estaba habitado, además ya habían llegado los chinos y los vikingos antes; es un concepto imperialista porque no fue descubrir el continente como tal, sino descubrir un nuevo mundo por ser conquistado. –comencé a explicar, cambiando de tema, y seguí explicando hasta que el velador de sesenta años me pudo comprender perfectamente.
--Y dices que tú que aprendes cosas de mí.
¡Qué irónico!; tenía razón, pues probablemente no era él quien me enseñaba cosas, sino la interpretación que yo hacía de lo que me decía; o ¿ambas son lo mismo; mi interpretación y su enseñanza?; finalmente toda enseñanza se interpreta.
Intocable sonaba fuerte en el estéreo de la camioneta pointer azul y transportó a Toño a través del recuerdo, dentro de una cantina donde Mayté, su amante, intentaba darle chupetones en el cuello y llenarle de labial el cuello de la camisa; él no se dejaba.
--Pinches viejas, están cabronas—le dije – nosotros podemos hasta matar; ellas (las amantes), por los celos que le tienen a la esposa y por ojetes, hacen cosas peores; te matan en vida; acaban con tu estabilidad y te dejan sin esposa, sin hijos, sin amante... bebiendo en una cantina. Es como las realidades; tenemos muchas realidades, muchos círculos sociales con caras diferentes: la amante y la esposa son dos realidades, puede saber ésta realidad (la de la amante) que ésta existe (la de la esposa) y al contrario, pero nunca se pueden enfrentar porque se pueden destruir las dos... es como los círculos de amistades que a veces se terminan cuando se intentan de mezclar dos círculos; terminan enfrentándose y destruyéndose.
¿Qué será de la ficción; podrá mezclarse con alguna realidad?. ¿Podrá el personaje que quiero inventar de mí a través de la ficción convertirse en alguien “real” en un lugar donde pueda embonar en el espacio?¿En Tamuín?.
Toño comenzó a contarme una historia que yo ya conocía, que me había ya descrito con detalles varias veces; la muerte de su hermano. Cuando el Sr. Delgado recordaba su cumpleaños número diecinueve en el que, yendo de reventón con su hermano mayor (veintiséis años), el ex novio de la prometida de su “carnalito” apareció frente a ellos con una nueve milímetros, jaló el gatillo y le dejó un hoyo en el entrecejo al hermano del velador de mi casa que salía por la mitad del lóbulo occipital. Me sentí un imbécil; llevaba, desde lo sucedido en eje 6, varios días sintiéndome mal físicamente, confiándole mis pensamientos y mis sentimientos a Toño; olvidándome que había sido él quien me había contado del asesinato de su hermano, que había trabajado en el Servicio Médico Forense y había descubierto a varios de sus compañeros practicando necrofilia con cadáveres recién llegados, el que había visto a dos judiciales matando a una pareja sin razón, en tiempos del negro Durazo.
Momentos después se abrió la puerta eléctrica de la casa y entró mi tío el doctor, que vivía también en aquella casa, en su camioneta nueva.
--Oye—llamo la atención al pediatra, que había bajado el vidrio lateral para saludarme -- ¿sabes qué desparasitante es bueno y no te pone como idiota?—le pregunto.
2
--Eres un iconoclasta de corazón, con una mano en el fuego y otra en la luna. Pero te faltó mencionar la fijación patológica que tiene dios con la sexualidad escatológica y de vez en cuanto se toma la libertad de cagarnos encima—mensaje de Damnant quod non intellegunt, decía: mi primo Adolfo.
--Pues dios parece divertirse viendo cómo cago; cómo él me hace cagar—pienso.

1 comentario:

Unknown dijo...

pregunten a toño por las voluptuosas cero