sábado, abril 01, 2006

El complejo del cine y el Dans Bierhaus (el bar de cerveza y billar donde van todos los "fresitas" Vallenses que se "creen malos") estaba abarrotado de camionetas pickups, autos deportivos, camionetas cerradas, Hummers... Tomé la cajetilla de cigarros Marlboro (pues no venden Camel´s en mi pueblo), mi celular y me bajé de la Lobo. Recorrimos Manuelito, El Towy, "Caballo" y yo la entrada del cine, donde anuncian la cartelera. "Sexo, Amor y Otras Perversiones" decía el primer cartel que llamó mi atención. --Debe ser otra de esas películas mexicanas (menos de una semana después, alguien, me comentaría que no es otra "de esas películas mexicanas"); además, con estos enfermos sexuales; ya me imagino la de cosas que van a decir allá adentro--pensé.--De ésta otra mexicana he escuchado muy buenas críticas... pero seguro estos cabrones van a querer ver "Anaconda 3" o algo así-- continué pensando. Acertadamente, al trío le agradó la idea de ver "Anaconda 3" o una cosa por el estilo; pero la suerte me sonrió, esa suerte que espero aún me siga acompañando, esa suerte que no es nada, y la suerte dictó que las coincidencias se unieran y nos encontráramos con Chema en el Dans bierhaus mientras jugábamos billar.
Aquél que me describió a las amigas de Chema se quedó muy lejos de lo que realmente son (y yo que imaginé que exageraba); sus senos se recargan completamente en sus panzas (en sus abultados abdómenes cheleros), las tres tenían unas piernitas que no sé cómo podían sostener todos aquellos inmensos sacos de piel con grasa a punto de despilfarrarse; usaban vestiditos de noche pegados o minifaldas y "playeritas", con sus hocicos con plastas de labial color rubí, sus pestañas postizas y sus sombras azules. Desde el momento que las observamos dentro de su Ford Fiesta verde, iluminadas por los faroles del estacionamiento, sentí el desánimo de mis compañeros de juerga, pero eso no importaba, pues iríamos a una fiesta al rancho de "un tal Eddie Guerrero Jr." y seguro habría "chupe" gratis... chance viejas; gallos, seguro.
Hay veces que las remotas posibilidades se hacen presentes y, al unirse unas con otras, cambian el futuro ya planeado. Para mí fue casi una epifanía.

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